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Ciclo San Juan de Dios: “San Juan de Dios versus Florence Nightingale”

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Hoy, en el Foro Antón Martín, en el marco del "Ciclo San Juan de Dios", nos ha acompañado la Dra. Juana María Hernández Conesa, enfermera e historiadora cuyo currículum académico incluye tres tesis doctorales.

Juana Hernández es Profesora Titular de la Universidad de Murcia, escritora, Investigadora en el CEPC (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales), Directora de la Colección histórica: Arte y Ciencia de la Sanación y actualmente estudiante de Derecho.

Desde su trayectoria académica, nos ha hablado sobre momentos clave de la historia de la enfermería, en la teorización de sus principios y, también, su profesionalización, situando sus momentos claves en el siglo XVII y, posteriormente, en el XVIII - XIX con Florence Nightingale.

Para entender una dimensión muy importante de la profesión enfermera Juana Hernández nos invita a tener presente la situación después del Concilio de Trento: época en la que se verificó la ruptura entre mundo católico y mundo protestante. En esta época priman las órdenes religiosas que profesaban voto de hospitalidad en el frente católico: los primeros fueron los Hermanos de San Juan de Dios y la Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres. Estas órdenes elaboraron escritos teóricos para formar enfermeros y entre todos, destacan las Primitivas Constituciones de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (1585).

Si el mundo católico manifestaba esa tendencia a "legislar" la asistencia, en el mundo protestante el panorama fue distinto. El primer intento de establecer normas del cuidado se debe a Florence Nightingale (1820-1910), mujer que luchó por la profesión enfermera y es considerada por muchos una de las madrinas de la enfermería moderna, tanto que se ha fijado el 12 de mayo, el día en el que nació, como Día Internacional de la Enfermera.

La obra más reconocida de Florence Nightingale fue Notas de enfermería. Qué es y qué no es.

Juana Hernández tiende a romper el mito que se creó alrededor de esta obra, resaltando su carácter subjetivo, frente al rigor de las obras de las órdenes católicas. Para reforzar su tesis, Juana cita la obra del italiano Ernesto Rusca Il manuale dell'infermiere, escrita en el 1855, anterior a la obra de Nightingale que ella pudo leer y estudiar cuando vivía en Italia.

Según las palabras de la profesora Hernández, "el libro de Nightingale da prioridad a la observación frente a lo observable, al conocimiento común frente al conocimiento científico".

La contribución de Nighingale fue fundamental en Reino Unido y después en Estados Unidos, para la profesionalización y laicización de la Enfermería. Hay que destacar también su empeño como mujer en asumir un papel y ejercer una profesión, contraviniendo a los principios de la época y de su clase social, especialmente en la Inglaterra victoriana. Aunque es innegable que parte de lo que sabía lo aprendió desde hospitales religiosos del entorno católico que sentaron las bases de la enfermería en Europa.

Recordamos, según destaca el Hno. Valentín Riesco que estaba entre los oyentes, que la primera escuela de enfermería en España nace en el hospital Antón Martin, fundado en el 1552. Además, debemos mucho a los estudios de Anatomía llevados a cabo por los Jerónimos en el monasterio de Guadalupe (España) en esa misma época y cuyas publicaciones quedan guardadas en la Biblioteca del Vaticano.

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